lunes, 24 de mayo de 2010

HISTORIA DE LA ELECTRICIDAD

PELIGROS YCUIDADOS


Cada año trabajadores sufren choques eléctricos al manejar herramientas y equipos eléctricos. Para proteger a los trabajadores contra los peligros de la electricidad, es necesario enseñarles los conocimientos básicos sobre las causas de los choques eléctricos y la posibilidad de muerte. Uno de los grandes problemas al comprender los peligros de los choques eléctricos es la creencia errónea de que sólo los altos voltajes pueden producir la muerte. Lo que mata no es el voltaje sino la cantidad de corriente que pasa a través del cuerpo. Las condiciones y la posición del cuerpo tienen mucho que ver con la probabilidad de recibir una descarga eléctrica.
El agua y la electricidad pueden ser una combinación fatal. Las áreas húmedas y los objetos metálicos le ofrecen un paso fácil a la electricidad para llegar hasta la tierra. Si un trabajador tiene las manos sudadas, si los calcetines o los zapatos están húmedos o mojados, si el piso está mojado, o si el trabajador está parado en un charco de agua, la humedad permitirá que pase más corriente a través del cuerpo. Si el trabajo se hace con objetos metálicos o en áreas húmedas, el trabajador debe reconocer los peligros presentes y tomar las precauciones necesarias. Estas precauciones incluyen guantes y botas de hule, alfombrillas de hule, herramientas aisladas y láminas de hule que pueden usarse para cubrir el metal expuesto.

QUE ES LA ELECTRICIDAD



El término electricidad deriva del Griego "electrón", que significa "ámbar" (el filósofo Griego Tales de Mileto, se dió cuenta de que al frotar una varilla de ámbar con lana o piel, se creaba una atracción hacia otros cuerpos en la vecindad, e incluso se producían chispas). Este término se aplica a toda la variedad de fenómenos resultantes de la presencia y flujo de una corriente eléctrica. Ahora si, para explicar adecuadamente la mayoría de los fenómenos asociados además se debe incluir al magnetismo, lo que lleva al estudio del electromagnetismo; de esta manera podemos entender los campos magnéticos, los rayos que tanto destacan en las tormentas, y toda la gama de aplicaciones industriales que conocemos en la actualidad.
En cuanto a la historia de la electricidad, como mencionamos los primeros en experimentar con este fenómeno fueron los Griegos, y a ellos le debemos su nombre. Ya por el 1600, William Gilbert, un científico Inglés, establece las diferencias entre el magnetismo y la electricidad en su libro "De Magnete". Más adelante Du Fay identificó las cargas eléctricas positivas y negativas. El famoso incidente de Benjamin Franklin y su cometa volando en una tormenta, aunque resultó ser solo un mito, sirvió de inspiración a otros científicos para continuar experimentando y sentar las bases de lo que sería el estudio moderno de la electricidad. En 1831 Michael Faraday descubrió que se podía generar corriente eléctrica en un conductor expuesto a un campo magnético variable. Alesandro Volta, a quien debemos el término "voltio", descubre que se pueden generar cargas positivas y negativas en reacciones químicas. En 1827, Geor Simon Ohm crea la famosa "Ley de Ohm", y define así la resistencia eléctrica.
Thomas Alva Edison, en 1878, crea la primera "ampolleta", al usar filamento de bambú para construir una lámpara incandescente. El primer motor de inducción o generador de electricidad se lo debemos a Nikola Tesla, quien lo inventó en 1882.
De esta manera, y tras el trabajo de muchos otros científicos, es que hoy en día gozamos de los beneficios del uso de la electricidad en todos los ámbitos de nuestras vidas, y es especialmente destacable su aplicación en la medicina. En cuanto al uso diario, no olvidemos que gracias a este increíble fenómeno es que estamos leyendo estas líneas en nuestra computadora...

la electricidad


La historia de la electricidad se refiere al estudio y uso humano de la electricidad, al descubrimiento de sus leyes como fenómeno físico y a la invención de artefactos para su uso práctico.
El fenómeno en sí, fuera de su relación con el observador humano, no tiene
historia; y si se la considerase como parte de la historia natural, tendría tanta como el tiempo, el espacio, la materia y la energía. Como también se denomina electricidad a la rama de la ciencia que estudia el fenómeno y a la rama de la tecnología que lo aplica, la historia de la electricidad es la rama de la historia de la ciencia y de la historia de la tecnología que se ocupa de su surgimiento y evolución.
Uno de sus hitos iniciales puede situarse hacia el
año 600 a. C., cuando el filósofo griego Tales de Mileto observó que frotando una varilla de ámbar con una piel o con lana, se obtenían pequeñas cargas (efecto triboeléctrico) que atraían pequeños objetos, y frotando mucho tiempo podía causar la aparición de una chispa. Cerca de la antigua ciudad griega de Magnesia se encontraban las denominadas piedras de Magnesia, que incluían magnetita. Los antiguos griegos observaron que los trozos de este material se atraían entre sí, y también a pequeños objetos de hierro. Las palabras magneto (equivalente en español a imán) y magnetismo derivan de ese topónimo.
La electricidad evolucionó históricamente desde la simple percepción del fenómeno, a su tratamiento científico, que no se haría sistemático hasta el
siglo XVIII. Se registraron a lo largo de la Edad Antigua y Media otras observaciones aisladas y simples especulaciones, así como intuiciones médicas (uso de peces eléctricos en enfermedades como la gota y el dolor de cabeza) referidas por autores como Plinio el Viejo y Escribonio Largo,[1] u objetos arqueológicos de interpretación discutible, como la Batería de Bagdad,[2] un objeto encontrado en Iraq en 1938, fechado alrededor de 250 a. C., que se asemeja a una celda electroquímica. No se han encontrado documentos que evidencien su utilización, aunque hay otras descripciones anacrónicas de dispositivos eléctricos en muros egipcios y escritos antiguos.
Esas especulaciones y registros fragmentarios son el tratamiento casi exclusivo (con la notable excepción del uso del magnetismo para la
brújula) que hay desde la Antigüedad hasta la Revolución científica del siglo XVII; aunque todavía entonces pasa a ser poco más que un espectáculo para exhibir en los salones. Las primeras aportaciones que pueden entenderse como aproximaciones sucesivas al fenómeno eléctrico fueron realizadas por investigadores sistemáticos como William Gilbert, Otto von Guericke, Du Fay, Pieter van Musschenbroek (botella de Leyden) o William Watson. Las observaciones sometidas a método científico empiezan a dar sus frutos con Luigi Galvani, Alessandro Volta, Charles-Augustin de Coulomb o Benjamin Franklin, proseguidas a comienzos del siglo XIX por André-Marie Ampère, Michael Faraday o Georg Ohm. Los nombres de estos pioneros terminaron bautizando las unidades hoy utilizadas en la medida de las distintas magnitudes del fenómeno. La comprensión final de la electricidad se logró recién con su unificación con el magnetismo en un único fenómeno electromagnético descrito por las ecuaciones de Maxwell (1861-1865).
El
telégrafo eléctrico (Samuel Morse, 1833, precedido por Gauss y Weber, 1822) puede considerarse como la primera gran aplicación en el campo de las telecomunicaciones, pero no será en la primera revolución industrial, sino a partir del cuarto final del siglo XIX cuando las aplicaciones económicas de la electricidad la convertirán en una de las fuerzas motrices de la segunda revolución industrial. Más que de grandes teóricos como Lord Kelvin, fue el momento de ingenieros, como Zénobe Gramme, Nikola Tesla, Frank Sprague, George Westinghouse, Ernst Werner von Siemens, Alexander Graham Bell y sobre todo Thomas Alva Edison y su revolucionaria manera de entender la relación entre investigación científico-técnica y mercado capitalista. Los sucesivos cambios de paradigma de la primera mitad del siglo XX (relativista y cuántico) estudiarán la función de la electricidad en una nueva dimensión: atómica y subatómica.

Multiplicador de tensión Cockcroft-Walton utilizado en un acelerador de partículas de 1937, que alcanzaba un millón de voltios.
La
electrificación no sólo fue un proceso técnico, sino un verdadero cambio social de implicaciones extraordinarias, comenzando por el alumbrado y siguiendo por todo tipo de procesos industriales (motor eléctrico, metalurgia, refrigeración...) y de comunicaciones (telefonía, radio). Lenin, durante la Revolución bolchevique, definió el socialismo como la suma de la electrificación y el poder de los soviets,[3] pero fue sobre todo la sociedad de consumo que nació en los países capitalistas, la que dependió en mayor medida de la utilización doméstica de la electricidad en los electrodomésticos, y fue en estos países donde la retroalimentación entre ciencia, tecnología y sociedad desarrolló las complejas estructuras que permitieron los actuales sistemas de I+D e I+D+I, en que la iniciativa pública y privada se interpenetran, y las figuras individuales se difuminan en los equipos de investigación.
La energía eléctrica es esencial para la
sociedad de la información de la tercera revolución industrial que se viene produciendo desde la segunda mitad del siglo XX (transistor, televisión, computación, robótica, internet...). Únicamente puede comparársele en importancia la motorización dependiente del petróleo (que también es ampliamente utilizado, como los demás combustibles fósiles, en la generación de electricidad). Ambos procesos exigieron cantidades cada vez mayores de energía, lo que está en el origen de la crisis energética y medioambiental y de la búsqueda de nuevas fuentes de energía, la mayoría con inmediata utilización eléctrica (energía nuclear y energías alternativas, dadas las limitaciones de la tradicional hidroelectricidad). Los problemas que tiene la electricidad para su almacenamiento y transporte a largas distancias, y para la autonomía de los aparatos móviles, son retos técnicos aún no resueltos de forma suficientemente eficaz.
El impacto cultural de lo que
Marshall McLuhan denominó Edad de la Electricidad, que seguiría a la Edad de la Mecanización (por comparación a cómo la Edad de los Metales siguió a la Edad de Piedra), radica en la altísima velocidad de propagación de la radiación electromagnética (300.000 km/s) que hace que se perciba de forma casi instantánea. Este hecho conlleva posibilidades antes inimaginables, como la simultaneidad y la división de cada proceso en una secuencia. Se impuso un cambio cultural que provenía del enfoque en "segmentos especializados de atención" (la adopción de una perspectiva particular) y la idea de la "conciencia sensitiva instantánea de la totalidad", una atención al "campo total", un "sentido de la estructura total". Se hizo evidente y prevalente el sentido de "forma y función como una unidad", una "idea integral de la estructura y configuración". Estas nuevas concepciones mentales tuvieron gran impacto en todo tipo de ámbitos científicos, educativos e incluso artísticos (por ejemplo, el cubismo). En el ámbito de lo espacial y político, "la electricidad no centraliza, sino que descentraliza... mientras que el ferrocarril requiere un espacio político uniforme, el avión y la radio permiten la mayor discontinuidad y diversidad en la organización espacial".[4]

bienbenidos al blog de la electricidad

En este blog usted puede encontrar todo lo que necesita saber de la electricidad , su historia ,sus peligros , sus beneficios e.t.c